21 de febrero de 2013

MONTAÑISMO – Carlos Soria confía en “tener más suerte” en la ascensión al Kanchenjunga

El abulense, de 74 años, partiría hacia Katmandú el próximo 22 de marzo en su reto de hollar los 14 ‘ochomiles’

Presentación de la expedición a Katmandú
Europa Press / El alpinista Carlos Soria expresó su confianza en "tener más suerte" en el intento de coronar el monte nepalí del Kanchenjunga (8.586 metros), la tercera cumbre más alta del planeta, al frente de la expedición BBVA y dentro de su reto por convertirse en la persona de más edad que holla los catorce 'ochomiles' del mundo.

Así se manifestó el veterano escalador, de 74 años, en la presentación de la expedición, celebrada en la oficina central del BBVA en el Paseo de la Castellana en Madrid, junto al director de Responsabilidad y Reputación Corporativas del banco, Antoni Ballabriga, después de los intentos frustrados al Annapurna y Dhaulagiri en 2012.

"El año 2012 ha sido malo para nosotros porque tuvimos muy mala suerte. Hemos tenido fallos, pero ninguno ha sido debido a la técnica o a la preparación física o mental. No he perdido la forma", aseguró Soria, quien lamentó que las malas condiciones meteorológicas, avalanchas incluidas, les hizo renunciar a la cumbre.

En este sentido, justificó la decisión para no poner en peligro a los miembros de la expedición. "Estas cosas pasan en la montaña. Estoy en las condiciones perfectas, pero, a veces, hay que bajarse de la montaña. Estoy seguro de que este año vamos a tener más suerte", manifestó el alpinista.

Éste será su primer intento por alcanzar la cima del Kanchenjunga, la tercera más alta del mundo por detrás del Everest y el K-2, cimas ambas que ya holló en 2001 y 2004, y junto al Dhaulagiri, el Annapurna y la cumbre principal del Shisha Pangma, una de las cuatro que le restan para completar su sueño de los catorce 'ochomiles'.

"¿Por qué el Kanchenjunga? Pensábamos ir al Annapurna, pero íbamos a estar sólos y, además, queríamos despejar un poco la cabeza. En esta montaña, normalmente hace mejor tiempo. Es una ilusión nueva porque estña bien descansar un año, donde ya sabíamos a lo que nos enfrentábamos, y volver al Annapurna", explicó.

Me siento con fuerzas

Pese a los dos intentos sin éxito del Annapurna y 'Dhaula', Soria aseguró que mientras "siga con ganas" seguirá haciendo montaña. "Me siento con fuerzas. Empecé a entrenarme el día siguiente de llegar del Dhaulagiri. He estado haciendo esquí de fondo en los Pirineos y escalada en hielo en Noruega, aparte de mi rutina diaria en la sierra de Madrid", indicó.

Asimismo, Soria, que partirá el 22 de marzo a Katmandú acompañado por el médico Carlos Martínez, el alpinista Luis Miguel López y el cámara Daniel Salas, dijo que para la preparación de este nuevo reto hacia 'Los cinco tesoros de las nieves', traducción de Kanchenjunga, ha contado con un entrenador en estos últimos meses.

"El peligro del Kanchenjunga es que es altísima y entre los campos 1 y 3 hay muchas avalanchas. El terreno es complicado en el último día, donde sales del campo base a 7.700 metros. Voy a llevar oxígeno para intentar ir y volver sin problemas", comentó.

Crece el proyecto de Sama

Soria y Antoni Ballabriga presentaron además los avances en el proyecto solidario que BBVA y ESADE están desarrollando en el pueblo de Sama, a los pies del Manaslu, a 3.500 metros de altura y donde viven 140 familias, y sobre el que gira la película sobre 'La 15ª cima de Carlos', dirigida por Daniel Salas.

'Sama, Proyecto Momentum Himalaya' es la iniciativa que Carlos Soria, junto a BBVA y ESADE, están desarrollando en el pueblo nepalí para buscar fórmulas que permitan financiar de forma sostenible la escuela local, que sirve de alojamiento para unos 120 niños de la zona.

Entre ellos, la ampliación de un albergue para alpinistas y turistas en una zona con numerosas rutas de trekking y la creación de una cooperativa para vender la lana de yak de Sama a empresas textiles, caso de 'Teixidors'.

BBVA ha proporcionado becas de alimentos a los alumnos del colegio, pagado el sueldo de nueve profesores, dos ayudantes, una asistenta, un sistema de alimentación con paneles fotovoltaicos y materiales y ropa escolar para los niños.

"No podemos ir a la montaña sólo a subir a la montaña. No podemos arreglar el mundo, pero hemos hecho una pequeña colaboración para que los niños no se vayan a la ciudad, a Katmandú, donde duermen en la calle y pueden caer en el mundo de las drogas", dijo Soria.

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